Assassin's Creed IV: Black Flag (Xbox 360)

Nada es verdad, todo está permitido.

La serie ahora anual vuelve... pero, para sorpresa de algunos y agrado de muchos, lo hace con fuerza.

Saludos, Internet, cuánto tiempo. Vuelvo a ustedes escribiendo sobre el último juego de mi serie favorita en esta generación de consolas (qué se le va a hacer, Kingdom Hearts 3 sale para la siguiente...) y les TENGO que confesar que soy un fanboy total de Assassin's Creed, pero como siempre trataré de ser objetivo.

- No podrás.

- Cállate.

Yo Ho, haul togheter, hoist the colors high!

Piratas, gente. La historia dentro del animus sitúa como protagonista al abuelo del protagonista de Assassin's Creed III, Connor Kenway. Y ahora toca navegar el caribe con el prominente capitán pirata Edward Kenway. Pero hablemos un poco de la historia del juego en su totalidad.

--SPOILER ALERT--

Assassin's Creed III terminó con una gran tragedia y una gran victoria. Cuando tuvo la oportunidad de elegir, Desmond Miles decidió sacrificarse confiando en que los que viniesen después de él podrían enfrentarse al duro destino y mantener la libertad del ser humano por encima de todo. Murió a manos de una precursora.

Han pasado meses desde ese incidente, y Abstergo logró recolectar el cuerpo de Desmond y tras la autopsia utilizó el ADN recolectado para iniciar el proyecto Sujeto 17, utilizando el material "donado" para explorar a gusto las memorias de célebres asesinos de los que descendió. Y es ahí donde entra nuestro personaje, un empleado de Abstergo Entertainment que debe recolectar las memorias de Edward Kenway para producir lo que esperan que sea la película revelación de temática de piratas.

Todo esto sigue la línea del juego desarrollado por Abstergo Entertainment y publicado por Ubisoft: Assassin's Creed III: Liberation, que trataba sobre una joven asesina que encontraba el buen camino en la orden de los templarios.

A lo largo del juego encontrarás nuevos misterios dentro del Animus, y archivos secretos fuera de él, equilibrando el grado de interés en ambos lados. Sinceramente al principio me parecía casi inútil poder salir del Animus, pero el avance en el juego te da un abanico de opciones muy interesantes para seguir investigando.

Una película de piratas sobre Edward Kenway, buena tapadera para el proyecto real. Aunque claro, se le ha pedido a la división de entretenimiento no mencionar en ningún momento algo sobre los templarios.

Gráficamente superior, un sistema lo suficientemente mejor

Volvemos con el motor estrenado con Assassin's Creed III, el Anvil Next, y ahora tenemos ante nosotros un trabajo más pulido que en la anterior entrega. Primero está la calidad técnica de las texturas, y estas sobresalen por su belleza incluso en una Xbox 360, y luego está la programación de movimientos de los personajes, y ciertamente uno puede sentir una mayor estabilidad en los movimientos del protagonista. Además, se pueden presenciar menos bugs que en el anterior título.

En cuanto a la jugabilidad, está pasando exactamente lo mismo que pasó, en mi opinión, cuando saltamos de AC II a Brotherhood: se mantienen los buenos aspectos, se pulen las esquinas y se hacen agregados que sólo benefician al producto final.

Eso es lo que ha pasado, y los aportes son simples y concisos: se quitó el sistema de administración de bienes que hubo en la ascienda de Connor y Aquiles, ahora sólo te debes preocupar de mejorar a Edward y al Jackdaw, tu nave insignia. Y para este fin se necesitan materiales, pieles y huesos por medio de la cacería y la pesca (elemento agregado en este título y que es una actividad de lo más entretenida), y madera, metal y demás al abordar barcos y saquear bodegas en las ciudades.

El abordaje es justo el elemento que le faltó a la batalla naval en AC III, pero ahora que eres un pirata es obligatorio y después de derrotar a un navío enemigo tienes la oportunidad de saltar dentro y eliminar al enemigo en combate cercano.

Las batallas navales han sido mejoradas bastante, los mares son extensos y los combates son extremos, aunque en realidad se debe a que el "abordaje" es la sazón que nos hacía falta.

Bien, muchas lisonjas, ahora a un punto crítico dentro del juego, el sistema de "se busca". Y es que se ha eliminado cuando estás en tierra. Ahora tienes un medidor que se va llenando cuanto más barcos asaltes, pero puedes reducirlo en las opciones de después del abordaje o sobornando a una autoridad en tierra. Sin embargo, fuera del barco puedes hacer lo que quieras en un pueblo y las represalias serán las de siempre, claro, pero cuando elimines a las tropas enemigas te bastará con esperar un tiempo para poder caminar sin líos por las calles en frente de los soldados. Ya no existe el sistema de notoriedad, así de simple.

La banda sonora

Sucede lo mismo que en cada Assassin's Creed, la banda sonora está hecha para que en todo momento te sientas rodeado por la época que representa, desde la melodía de fondo cuando caminas por las calles de la Habana hasta las canciones que entonan los miembros de tu tripulación cuando estás en alta mar. 

Las actuaciones del doblaje al español vuelven a ser excepcionales, excepto por alguna extraña selección por aquí o allá, pero alivia que ahora volvemos a tener un protagonista agradable (lo siento, pero ese fue mi mayor problema con Connor, toda su seriedad y mutismo que lo hacían cien veces menos carismático que su padre).

Personajes y ambientes que destilan carisma son lo que forman este gran juego.

Bueno, en realidad terminé sonando muy positivo, pero es mi opinión y nada más. Y en lo que a mí respecta, Assassin's Creed IV ha resultado ser un juego mucho más interesante y mejor trabajado de lo que esperaba, al fin y al cabo sí creo que hacer a AC una serie anual es mucho pedir para el departamento creativo. Pero lo que recibimos fue una brisa refrescante.

Y es que he de ser sincero, éste es el mejor Assassin's Creed que haya jugado desde Assassin's Creed: Brotherhood, y no puedo hacer más que recomendarlo a todo el que pueda comprarlo... a menos que no te gusten los juegos con mundo abierto, en ese caso te dejo en paz.